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17 al 19 de Agosto

Kazajstán es un país con un vasto territorio y unos 15 millones de habitantes y que como los dos anteriores por donde hemos pasado pertenecían a la URSS y a finales del siglo XX se independizo como república, rica también en petróleo, gas, minerales…. La gente tiene rasgos mongoles, no se parece nada al concepto de ruso rubio y corpulento, esto hace pensar que cuando hubo esta independencia también hubo una reubicación de etnias. Sabemos que por la Zona Este, más allá de la capital Astana, tuvieron lugar ensayos nucleares por parte de los soviéticos en época de la guerra fría.

Nosotros pasaremos por el Oeste, por una zona esteparia inmensa que contiene lo que queda del Mar Aral, ahora ya dividido en enormes lagos que poco a poco se deshidratan debido al desvío de los ríos que los alimentan para fines agrícolas. Nos quedan unos 2000 km hasta llegar a Rusia, así que no perdemos mucho el tiempo y partimos rápido, nuestro objetivo es Aral. Esta es una ex ciudad portuaria pesquera que tuvo su esplendor el siglo pasado pero que ahora es una ciudad medio fantasma con un puerto gigante abandonado y unos barcos incrustados en la arena, ahora casa de perros y vagabundos.

Estamos un ratito buscando  gasolina, un hombre nos ha comentado que no hay nada en los próximos 500 km y que tenemos que ir equipados, un poco raro, en el mapa aparece como una carretera principal llena de pueblos, da igual si nos lo ha dicho hay que buscar. Nuestros coches utilizan gasolina de 95 octanos pero por aquí no hay, sabemos que con 91 octanos podemos circular durante un tiempo sin abusar, así que ese es nuestro objetivo. Sabemos además que en el pueblo hay 7 gasolineras, así que lo vamos trillando, Tiene 91? No; Tiene 91? No; Tiene 91? No; Tiene 91? No; Tiene 91? No; Tiene 91? Sí, pero está cerrado, que??, solo queda una gasolinera, tienen 91? Si, admite tarjeta? No, solo cash. Merde, se nos ha olvidado sacar dinero en la última ciudad, buscamos cajero, sacamos bastante por si las moscas, llenamos los depósitos hasta los topes con un método que Javi nos enseño que metes diez litros mas por lo menos, en el ordenador de abordo nos dice que tenemos una autonomía de unos 700km.

Salimos rumbo al norte, entramos en la estepa, ni un alma, una línea recta, no hay nada, ni nadie, estremecedor, los pelos de punta, no sabemos lo que nos vamos a encontrar, llevamos las tiendas de campaña, sabemos que las vamos a utilizar. Andamos unos km, esta anocheciendo, decidimos parar para montar las tiendas, vemos como una luna roja invade el cielo, tiene un tamaño enorme, el sol desaparece, pero la luna es otro sol que ilumina toda la estepa, no nos hace falta ni luz artificial, abrimos unas Litoral, es un paisaje brutal, no tenemos miedo, lo que sentimos es excitación de estar solos con la estepa, intentamos dormir unas horas.

La mañana empieza pronto en una tienda de campaña, el sol, el calor y los codazos del vecino te despiertan siempre pronto. En este caso teníamos un visitante mas, un águila imperial preciosa había venido a visitarnos y con el ruido nos había levantado. No son nada tímidas y no huyen hasta que estas muy muy cerca, que sensación, que bicharraco, que garras. Alrededor también se vislumbran otros habitantes de la estepa como una manada de ratones saltarines…Con la lata de litoral vacía nos preparamos agua caliente para un cafelito, fundamental para ponernos las pilas y seguir palante.

La degradación de la carretera se hace palpable a medida que pasan los kilómetros, pasamos de asfalto bueno, a asfalto con agujeros, a asfalto chicle con hoyos, a mezcla de asfalto con tierra, a tierra con badenes, a arena del desierto y multicaminos, hemos pasado de 100Km/h a 20 Km/h en 10 km, esto da miedo, seguimos los múltiples caminos de tierra, cogemos el que mejor nos parece en cada momento teniendo el optimismo de que todos los caminos llevan a Roma. Tenemos pocos compañeros de viaje, algún autobús que no te explicas como puede ir por este tipo de pistas, a camiones de 16 ruedas que van haciendo camino al andar, marchando en línea recta a 80km/h como si los baches y piedras no fueran con ellos, a veces parece como si se fueran a chocar con nosotros. El problema de ir un coche detrás de otros es que, el que va detrás se come todo el polvo del de delante y además tienes que hacer una especie de conducción para ciegos que no venía en las clases de la academia. Tampoco puedes parar cuando esto ocurre porque te juegas quedarte clavado en la arena fina que se comporta como arenas movedizas, conduces siempre en segunda o tercera, para no ir demasiado deprisa y no poder esquivar los baches y para que las ruedas no te patinen y te quedes encallado como los barcos de Aral. Todo es adrenalina, concentración, calor, polvo, no queríamos un poco de aventura 4×4 pues toma todo de golpe.

Vamos con cautela, nos paramos en una casa-café. La poca gente que vive por allí aprovecha para poner cafés, vender tabaco y otras cosillas y así sacarse un sueldo extra, el precio es el doble que en un pueblo normal, evidente. La gente sigue siendo tan amable como de costumbre, hasta en estos sitios duros e inhóspitos. Aprovechamos una parada para llenar un poco los depósitos de combustible, queremos ir siempre con ellos al máximo por si acaso, pagamos la “gasolina” o algo parecido a precio de oro y nos la sirven en bidones de 10 litros, aquí la gasolina es un bien preciado, como el agua y los alimentos, esto es Mad Max.

Seguimos haciendo km, ya llevamos casi 500 por el infierno y no sabemos cuándo va a acabar, los Logan van perfectamente, y eso que se han llevado algunos toques bruscos debajo del motor. Cerca nuestra empezamos a ver la carretera que la están restaurando, pero no te dejan entrar, está separada por enormes montañas de tierra, todavía no está acabada. A lo lejos vemos un hombre con una maleta, nos paramos para preguntar, Por favor cuando se acaba el infierno? En unos 25km ya hay buena carretera, pero hay que ir por algunos atajos…pal coche? Le hacemos hueco a él y a su maleta entre mis camisas, las ruedas de repuesto, y un par de maletas, el hombre tan contento, está acostumbrado, además va a la misma ciudad, Actobe, así que nos guiara por buenos sitios. Al cabo de un rato de vueltas y cambios de camino como vagabundos en la gran ciudad, llegamos a una carretera en perfectas condiciones, nos paramos para limpiar un poco los coches, no se ven las matriculas y hay una costra de polvo en las ventanas. El contacto con el asfalto firme nos parece música de Mozart, un sonido suave, probamos la dirección para ver si ha sufrido algún daño, todo perfecto.

Va anocheciendo pero tenemos nuestro objetivo claro, Actobe. La carretera tiene bastante tráfico, los que vienen en el otro sentido llevan muchos las largas y a veces nos cuesta ver bien, estamos cansados. En un instante vislumbro una sombra, luego un perfil, cuando me doy cuenta que hay una vaca en mitad de la carretera estoy solo a 50 metros, no me da tiempo a pensar, el acto reflejo es un volantazo, rozo la cola de la p… vaca en decimas de segundo, me quedo paralizado, hemos estado a punto de cepillarnos a una vaca y quizás de cepillarnos ella a nosotros de paso, estos son los peligros de conducir de noche. El coche ha reaccionado perfectamente, hemos seguido el trazado con un volantazo frenando y con cierta velocidad, los Logan nos siguen sorprendiendo. Creo que el coche que venía en dirección contraria con las largas se ha comido a la vaca de lleno, espero que no les haya pasado nada… Hoy ha sido el día mas intenso y duro con diferencia, llegamos a Actobe con un cansancio desconocido, solo queremos dormir profundamente y descansar, demasiadas emociones…

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