Etapa 22: Ucrania-Moldavia-Mar Negro en Rumania
Tags : étape du jour, RoumanieSeptember 3rd, 2008
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Del 26 al 28 de Agosto
La entrada en Ucrania es fácil, no necesitamos visado, nos basta con el pasaporte. Aun así se presentan unos aduaneros un tanto guasones que nos intentan sacar algo de pasta. Presentas el pasaporte y nos abre un cajón con una sonrisa en la cara, estará insinuando que le dejemos caer unos billetes? No, no? Si. Lo siento pero no damos ni un duro. Nuestra cabezonería nos hace tener que esperar media hora de más, pero a estas alturas, sin haber pagado en las anteriores 15 fronteras, no vamos a empezar ahora. Prácticamente nos echan de la aduana por pesaos, ni siquiera nos registran. En la aduana nos encontramos nos encontramos a un camionero rumano que lleva 2 semanas en tierra de nadie, es decir entre una frontera y otra, no le dejan pasar ni a un lado ni al otro por llevar unos líquidos prohibidos, nos explica un poco el camino que tenemos que coger en Ucrania para pasar a Moldavia y después a Rumania. Le damos todas las latas de comida que nos quedan, a él le van a hacer más falta que a nosotros. Emprendemos ruta a Kiev, capital de Ucrania.
Los primeros km vuelven a ser un infierno, la carretera principal está en obras y tenemos que volver a ir por caminos de cabras pero esta vez con barro, las ruedas patinan por todos los sitios. En cada punto donde la carretera está cortada, hay lugareños que te ofrecen sus servicios para guiarte por carreteras alternativas para que no te pierdas, todo a un módico precio de 200 dólares, realmente nos habrán visto cara de pringaos… Otra vez a la aventura, si es que en el fondo nos gusta esa adrenalina que aparece cuando las cosas se complican. Vamos siguiendo a otros coches que van en nuestra misma dirección, coches cargados de equipaje con familias enteras, rumano, ruso, moldavo, ucraniano, y los hispafrancorumanos. Bosques, verde, agua, casitas de madera, granjas, vacas y más vacas. Pasamos por una señal que indica la dirección de Chernóbil, por ahí no es, de eso estamos seguros, pero pasamos cerca. Llegamos a Kiev, tiene muy buena pinta, pero no tenemos tiempo y la pasamos rápido, cruzando sus puentes, divisando sus estatuas comunistas inmensas encima de las colinas.
Pasado Kiev cogemos rumbo a Odessa que está en el mar Negro, la ruta es una autopista recta y en muy buen estado, relax. Nos vamos acercando a Rumania-Moldavia, y no sabemos por donde vamos a cruzar, nuestros mapas están incompletos, muy incompletos. Nos guiamos por el instinto creyendo que vamos a cruzar directamente a Rumania y así ahorrarnos 3 horas de aduanas. Pero no, bienvenidos a Moldavia, pagamos unas tasas en euros y seguimos para delante, y sin haber recorrido ni 2 km nos encontramos de bruces con la frontera con Rumania, increíble, Moldavia parece un país de 1km cuadrado, lo hemos cruzado en un minuto!! En la frontera con Rumania hay un carril para ciudadanos europeos, nos colamos, el policía nos recibe con una sonrisa, Challenge Logan? Si, os he visto en la tele, ¿!?!?!?! En Rumania? Si, pues mira que bien, estamos como en casa, nos entendemos, todo es fácil, no nos piden dinero….buff nos relajamos. En ese momento decidimos que nos merecemos unas mini vacaciones de al menos un día en la playa, así que tomamos rumbo a la costa rumana del mar Muerto y más concretamente a la zona de Constanza.
Esta zona es la zona de vacaciones para la gente de Bucarest, ya que está a solo dos horas de la ciudad. Es una zona con casitas pequeñas que alquilan sus habitaciones y algún que otro edificio alto, pero lejos todavía de los rascacielos de Benidorm, y espero que nunca lleguen. Llenos de bares, restaurantes, chiringuitos de playa, macro discotecas en plan Penélope, y todo lleno de carteles de Ibiza, es como el símbolo de la diversión y del desenfreno en esta costa del mar Negro. El mar aunque dudamos al principio es de color azul, para quien se haga la misma pregunta, nos dimos unos buenos baños, y nos tomamos unas buenas cervezas en los chiringuitos, nos lo habíamos merecido. Entre el cansancio y sabiendo que se acababa nuestra aventura, y que en breve estaríamos trabajando, cada uno estaba en su mundo quizás intentando reflexionar y asimilar todas las sensaciones, momentos, pensamientos, información, gente conocida,…todo lo que nos había pasado durante esas seis semanas, las seis semanas quizás más intensas de nuestras vidas.
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